p.d.: Gracias a la proveedora. Ella sabe quién es.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
ESPECTACULAR
Os paso el video de Adele colgado en You Tube de su canción "Someone like you" que, para mi, es la más bonita de todo el álbum. Espero que os guste y la disfrutéis.
p.d.: Gracias a la proveedora. Ella sabe quién es.
p.d.: Gracias a la proveedora. Ella sabe quién es.
martes, 29 de noviembre de 2011
"EL ARTE DE DESAPRENDER"
Ahora están todo el día con el mismo tema. Y siempre que
lo escucho pienso “pero ¿qué más voy a desaprender si cuando la niña me pide
que la corrija las divisiones de cuarto de primaria tengo que utilizar la
calculadora?”
Aun peor. Siempre he trabajado en el terreno de la fidelización de
clientes, dentro del marketing, y no soy capaz ni de fidelizar a mis amigos y
familiares en mi blog.
¿No he desaprendido suficiente? ¡Si yo ya tengo
encefalograma plano!
Y siguen con el mismo tema. Desaprender. Desaprender. Y
todo aquel que desaprende es un gran visionario, revolucionario y emprendedor que
se forra en poco tiempo.
Y claro, yo, en esta “búsqueda” que me encuentro de un
futuro profesional mejor, pues no hago más que intentar ponerlo en práctica.
¡Pero no sé cómo!
Así que, sigo como siempre y me voy a andar rapidito por
el parque con los cascos puestos y nueva música en el iphone.
Me he bajado el álbum 21 de Adele que os recomiendo
encarecidamente. ¡Está fenomenal!
Y mientras ando, escucho la música, cojo aire, abro bien
los pulmones y siento el sol dándome en la cara. El sentimiento de libertad es
tremendo. Una sensación de que soy capaz hasta de coger el cielo con las manos.
De que soy capaz de todo. ¡Hasta de
desaprender!
¿Será verdad que en vez de pensar que tenemos que salir de
la crisis, lo que tenemos que hacer es plantearnos que estamos ante un nuevo
mundo?
Entonces, ¿no sigo buscando casa? No sea que dentro de un
tiempo alguien me la regale. Que esto de desaprender es muy profundo y nunca se
sabe por dónde te puede salir.
En fin, que no se si estaremos ante un nuevo mundo, nuevas
oportunidades o la misma mierda pero lo que está claro es que andamos todos
locos dando vueltas e intentando encontrar algo o alguien que nos permita tener
confianza en el futuro más cercano.
Total nada.
lunes, 28 de noviembre de 2011
LA EDUCACION SEXISTA
El niño con la ametralladora |
En este quería hablaros de las cosas que se dicen con la
boca grande y luego te tienes que tragar con la boca chiquitita, chiquitita.
Cuando era joven, inexperta y sin hijos, dije que nunca
les regalaría pistolas a mis hijos. No quería una educación sexista para ellos.
Pues mi hijo mediano hoy cumple ocho años y de regalo entre amigos y familia,
ha recibido ¡seis pistolas en total! Para ser más exactos, dos pistolas, una
metralleta normal y otra con mira telescópica. Y otras dos pistolas de un juego
que se llama el Cazafantasmas. Vamos, ¡seis!
Él está como loco de contento. Se dedica a disparar a todo
aquel que llama al timbre. Se coloca en mitad del pasillo y al abrir la puerta,
¡cacharrazo que te crió!
Lo más fuerte es que no sólo el niño juega con las
dichosas pistolitas. Anoche me encontré tirado en el suelo a mi marido con la metralleta
telescópica. Mirando a través de ella. Y cuando asomé la nariz por el pasillo
me lanzó toda una ráfaga de proyectiles.
Los niños se lo pasan pipa con las dos pistolitas
disparándote al culo. Y si lo llevas con pantalones, no hace daño pero como te
pillen en paños menores ¡ni te cuento!
No han pasado ni dos días y la niña y yo ya estamos hasta
el moño de las pistolitas mientras que los varones de la casa se lo pasan en
grande disparando a todo bicho viviente.
Vamos que aquello de “si me hubiera metido la lengua en el
culo” o “al que escupe al cielo le cae en la cara” ¡son grandes verdades!
Ciertamente y, aunque creo en la igualdad, somos
diferentes. Es indiscutible. Porque, sin quererlo ni beberlo, te encuentras
educando a tu hijo de una manera sexista. O más que educando, regalando. Y eso
que a la niña nunca le gustaron las muñecas…
Pero qué guapa estoy calladita.
jueves, 24 de noviembre de 2011
¡ESPERO QUE OS GUSTE!
¡Nueva imagen del blog Sobrevolando los Cuarenta! Espero
que os guste.
Podéis darme vuestra opinión.
Bueno, más que podéis, os agradecería mucho que me dijerais que os parece.
Ahora voy a presentar o re-presentar el blog en otras
plataformas ¡a ver si funciona!
Muchas gracias a todos y especialmente a Anju, por diseñar
la página con tanto gusto y tanta amabilidad.
martes, 22 de noviembre de 2011
YA SOMOS TODAS CUARENTONAS... O CASI
La Terraza del Penthouse Lounge |
Este fin de semana salí a celebrar el cumple de una de las
pocas de mis amigas que quedan por entrar en la cuarentena.
Decidió invitarnos a pasar la noche fuera de casa. Más
concretamente en el Hotel ME en la plaza de Santa Ana.
La verdad es que lo pasamos estupendamente.
Cenamos primero en el restaurante La Mucca de Prado en la
calle Prado, 16. Pedí pasta de arroz con berberechos al ajillo y estaba
buenísimo. El precio muy asequible y hasta los topes de gente. ¡Y puedes
comprar los muebles si quieres!
Después volvimos al hotel para subir a su terraza situada
en la última planta desde la que puedes disfrutar de unas vistas preciosas de
Madrid y en concreto, de la plaza de Santa Ana. La pena es que estaba lloviendo
y no pudimos saborearla como nos hubiera gustado.
Decidimos entrar dentro en el bar o que se llama allí, the
Penthouse Lounge, para pedirnos algo en la barra. Y, como si de una película de
risa se tratase, al acercarme para pedir, un turista decidió darse la vuelta
con el brazo y su dedo índice bien estirado y meterlo de lleno dentro de mi
ojo.
Por supuesto, me dio la risa. Era todo tan absurdamente
cómico y típico que no me quedaba más remedio que reírme. El pobre calvo decía “I
am sorry, I’m sorry” y se reía también. ¡A ver qué puñetas íbamos a hacer!
Total que me tomé mi primer mojito con el ojo lloroso y
bailamos un rato.
Decidimos seguir la noche, aunque llovía a cantaros, por
los garitos de Santa Ana y nos metimos en otro pub.
Allí me tomé otro mojito que además de salirme más barato,
estaba más rico. Aguantamos a algún que otro “pesao” al que espantábamos al
grito de “¡que tengo tres hijos!” y pude comprobar en situ aquello que dijeron
en el telediario cuando comenzó la ley antitabaco: ¡como huele a sobaco!
Aquello no era axila, era sobaco sucio y sin lavar. ¡Qué tufo!
Total que con el puntillo de los mojitos, el mareo del
tufazo y empapada por la lluvia llegamos a la habitación donde empezamos a ver
fotos de cuando éramos más jóvenes. Recordamos tiempos pasados que no mejores
pero sí diferentes.
La noche dio para mucho: confesiones alegres, confesiones
menos alegres, cotilleos, bromas y tonterías. ¡Una buena noche en definitiva!
Y a la mañana siguiente, pues ese refrán que dice mi
suegra: “para una vez que me remango, hasta el culo se me ha visto”. Es decir, que el pequeño se abrió la frente
contra la mesilla y su padre tuvo que apañárselas solito. No le viene mal saber
lo que es estar solito con los tres ¡pero habría que haberle visto!
miércoles, 16 de noviembre de 2011
VIVIR EL PRESENTE SIN "EMPUJAR AL TIEMPO"
Voy a pilates todos los lunes a las diez de la mañana con
una señora de unos cincuenta y muchos o sesenta años. La verdad es que calculo
mal las edades.
Es una señora estupenda. Abuela reciente y profesora de
francés a punto de jubilarse. Estudia italiano en los ratos libres y los martes
los dedica a su primer nietecito.
Es una mujer guapa, activa, delgada y en un buen estado de forma.
Una mujer juvenil independientemente de los años que tenga. Vamos ¡qué esta estupenda
y ya me gustaría estar como ella a su edad!
Y el otro día mientras nos poníamos las zapatillas después
de la clase comentábamos cosas banales. Hablábamos sobre las ganas de que
llegue el fin de semana o de que pasase el lunes rápido cuando ella me dijo: “Hay
que ver que manía tenemos con “empujar al tiempo”.
Me quedé pensando: “¡qué razón tiene!”
Andamos siempre pensando “cuando acueste a los niños” “que
llegue el viernes” “que cumpla un año” “que lleguen las vacaciones” “que
empiece el colegio” “A ver si crecen”. Siempre “empujando al tiempo” para que, sea lo que sea, pase rápido y luego,
echemos de menos aquellos tiempos o aquel momento.
Cuando lees o hablas con alguien que ha pasado por una
mala enfermedad, siempre coincide que comentan lo mismo: vivir el momento y no
pensar en el futuro. Y por futuro suelen incluir el día siguiente.
A mí se me hace francamente difícil poner este lema de
vida en práctica. Siempre estoy haciendo planes a futuro. Vivo el presente pero
no lo disfruto como si fuera el último día de mi vida. Empujo al tiempo
continuamente. Y seguro que luego me arrepentiré teniendo en cuenta que el tiempo vuela sin
necesidad de que le empuje.
Todavía se me hace raro decir que tengo cuarenta porque no
llego a asumir que el tiempo ha pasado tan rápido y que ya no soy aquella loca
de veinte años.
Seguiré intentando poner en práctica el
vivir el presente para disfrutar cada segundo de la vida pero, en tardes como
ésta en la que mi hijo mediano se empeña en sacarme de quicio y desobedecerme,
¡se me hace todavía más difícil!
Me temo que para conseguirlo voy a tener que apuntarme
también a clases de meditación o yoga para conseguir además la paciencia necesaria.
¡Qué todo tiene su arte!
lunes, 14 de noviembre de 2011
LAS HORMONAS REVOLUCIONADAS
Me he puesto las pilas porque una amiga me ha mandado un “guasa”
y me ha dicho: “Lola, actualiza el blog que si no pierdo el hilo” Y una, que es
muy obediente, se ha puesto manos a la obra una vez que ha “empaquetado” a los
niños como corresponde.
Y ¿qué os voy a contar hoy? Pues algo que es parte de
nuestra naturaleza: las hormonas revolucionadas.
Hoy he ido a comer con una amiga y cuando bajaba hacia el
restaurante por las callejuelas del El Viso me he encontrado a una joven parejita
pegándose el lote apoyados en un coche.
Para los que no seáis de Madrid, El Viso es una zona muy
pija y tranquila en la que existen unas casas maravillosas en las que habitan
gente de alto nivel económico.
Esta parejita debía estar haciendo unas pellas de las de
antes de alguno de los muchos colegios que hay por la zona. De unos quince o dieciséis
años. Pijines.
Y ¿qué era lo raro de todo esto? Pues que la niña llevaba
la falda por debajo de las axilas mientras el chaval le sobaba el mismísimo.
A mí me ha dado tanta vergüenza que he tenido que mirar
para otro lado. Y rápidamente se me han venido a la cabeza sus padres.
Y seguidamente he pensado: “¡Madre mía que vieja soy!”
Y os explico cada uno de los dos pensamientos.
He pensado en sus padres porque me he imaginado a mi hija
en esa situación y casi me desmayo. No se trata de que tenga las hormonas
revolucionadas y se quiera pegar unos cuantos achuchones con algún chaval revolucionado.
El problema es que no eran “cuatro achuchones” y eran muy, muy jóvenes. ¿Han
podido hacer algo mal sus padres? O ¿es simplemente
un tema de evolución? Es decir, seguro
que mi madre comparada con mi abuela fue más adelantada. Y yo comparada con mi
madre, pues imagino que también. Y dentro de muchos, muchos años, pues mi hija
también será más adelantada que yo. Es ley de vida. Pero tan, tan adelantada.
No sé. Sólo espero tener que preocuparte
sobre estos asuntos dentro de mucho tiempo.
Y esto enlaza con lo vieja que me he sentido.
¡Preocupándome ya por los achuchones de la niña! Si yo sólo quiero preocuparme
por los míos.
¡Madre mía! Me temo que tendré que prepararme para lo que
se nos viene encima. ¡La pre-adolescencia! Sólo me queda superar mi pavo para
poder enfrentarme al de mi hija.
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