El otro día, me viene la niña con una hoja del colegio en
la que tenía que rellenar información sobre los padres en cuanto a nombre,
teléfono, dirección y profesión.
En el campo de mi profesión, había rellenado “ama de casa”
y a mi, casi me da el paparijote del siglo.
“¡Cómo que yo ama de casa! Ahora mismo estás añadiendo un
guion y poniendo, bloguera”
La niña como tiene mucho más sentido común que yo y por
supuesto, es mucho más inteligente, me mira con cara de “atisetehaidolaolla” y
me dice: “Estás de coña, ¿no? ¿Quieres que ponga “bloguera”?”
Y yo, toda chula. “Por supuesto, guapa. Lo de ama de casa
no me gusta nada de nada”.
Y ella, “si estás en casa y trabajas en casa eres ama de
casa o “sus labores””
Mi cara como un tomate y mi autoestima por los suelos. ¡Lo
de, Sus labores ya es demasiado!
No me siento en absoluto reflejada con la típica ama de
casa y desde luego que, lo de “Sus labores” me suena a mi abuela o a mi
bisabuela. ¡Que horror!
Me niego y me negaré chorrocientas veces. Prefiero lo de “maruja”
porque me lo tomo a coña. Pero lo de "ama de casa” tiene la misma gracia
que una patada en el “sálveselaparte”
Pero es que, para más inri, con el ABC del sábado incluyen
una revista que se llama “MujerHoy” y en portada aparece Salma Hayek con el
siguiente titular: “Me encanta ser ama de casa”
Y yo resopla que te resopla.
No digo que no. Seguro que hay mujeres, y yo conozco a
alguna, que les gusta ese trabajo. Se sienten felices y realizadas. No les
importa limpiar ni tampoco llevar toda una casa con todo lo que conlleva. Pero
no es mi caso.
Odio limpiar. Lo de planchar si no hay más remedio. La compra bueno porque, al menos sales de casa.
Cocinar con la Thermomix todo lo que puedo… Y así, todos y cada uno de los
quehaceres.
Cuidar de mis hijos ha sido mi elección. Ellos nunca
pidieron venir a este mundo. Les trajimos nosotros porque quisimos y se merecen
toda nuestra dedicación. O por lo menos, así lo vemos nosotros.
Soy madre. Un poco hasta el mondongo, pero madre. Ahora, ama
de casa, ¡ni de coña!
Muy bueno!!!...yo que trabajo, pero en casa por las tardes, me da una rabia que no veas tener que mezclar la lavadora y los deberes con lexnet...pero, como tú dices, elegí tener hijos y criarlos yo y no otros, por suerte mi trabajo me permite hacerlo en casa, pero cuantas horas al día me acuerdo de mi despacho en el que estaba yo y sólo yo...ay! qué tiempos aquellos!!.
ResponderEliminarMe ha encantado el post
En tu despachito, tu solita, sin que nadie interrumpiera y con tiempo para tí. Para tomarte un café cuando te diera la gana o hablar con una amiga tranquilita... Cuando muchas madres me dicen "¡Qué envidia!Ya quisiera yo estar en casa" Yo les contesto "Y yo en la oficina para desconectarme un rato..." Lo cierto es que nunca estaremos a gusto con lo que tenemos. Besos.
Eliminar