Está muy de moda, el concepto de Slow Life en el cual “su
intención es iluminar la posibilidad de llevar una vida más plena y
desacelerada, haciendo que cada individuo pueda controlar y adueñarse de su
propio periplo vital.”
Yo, aunque madrileña, intento tener y encontrar mi tiempo
de Slow Life. Y, a veces, lo consigo. ¡Cuando consigue sacarme el petardo del
culo y echar el freno madaleno!
Para ello nada como subirnos a una casita que tenemos en el norte donde nos rodean bosques, playas,
casas de pueblo, vacas y caballos.
Practicar un poco de punto (esa nueva afición), hacer ¡y comer! arroz con leche o pasarte la tarde mirando el fuego.
Allí parece que ese concepto de Slow Life sale a tu encuentro.
No hace falta ni que lo busques. Las
prisas madrileñas no tienen más remedio que aplacarse porque ni el entorno ni
las gentes están dispuestas a correr. Y yo, lo agradezco.
Nos cuesta darnos cuenta. Me refiero a los madrileños. Nos
cuesta darnos cuenta que no siempre hay que correr. Para correr hay que tener
una urgencia. Sin embargo yo, en mi día a día, me encuentro corriendo incluso
cuando no tengo hora para llegar a ningún sitio. Y, aunque me doy cuenta, ¡me
cuesta frenar!
Aquí me frenan. Y me encanta.
Y tú, ¿dónde encuentras tu momento “slow life”? ¿Vives ya
una “slow life”?
Para más información sobre este concepto de vida:
www.movimientoslow.com
Sí, es verdad que Madrid te da un ritmo de vida muchas veces innecesario, cuantas veces me he visto corriendo un domingo para llegar al metro y después pensar, ¿por qué corro?, si voy al centro a dar una vuelta y a pasar la mañana tranquilamente :)
ResponderEliminar¡Lo que cuesta parar! Y luego lo que se agradece. Muchas gracias por tu comentario. Saludos.
EliminarComo te ha cundido el punto, tiene muy buena pinta, lo que hace la tranquilidad.Bss
ResponderEliminarYa te digo... Hemos estado super a gustito. Besos.
EliminarComo te ha cundido el punto, tiene muy buena pinta, lo que hace la tranquilidad.Bss
ResponderEliminarIdem
Eliminar