Nos hemos ido los dos solitos a Tenerife. En
un principio quisimos ir a Ibiza pero fue materialmente imposible elegir hotel.
¡Sólo encontré uno abierto que mereciera más o menos la pena! Total que, visto
lo visto, decidimos tirar para Canarias para asegurarnos también el tiempo. Y
como ya conocemos Gran Canaria, donde tengo grandes amigas y familia, Lanzarote
y Fuerteventura, elegimos Tenerife que conocíamos sólo Santa Cruz y de trabajo.
Nos hemos alojado en el suroeste de la isla,
en el Hotel Meliá Palacio de Isora en Guía de Isora. Un hotel precioso y muy
recomendable. Con grandes piscinas, unas habitaciones preciosas, un entorno
inigualable y un personal muy educado que saludaba con la mano izquierda
abierta sobre el corazón. Era casi como un saludo a lo “V” que hacen todos y
cada uno de los empleados del hotel y que, según leí después, viene a ser como
cuando se utilizaba el abanico abierto sobre el corazón para decir “Te quiero”.
Por poner alguna pega, siempre pongo la misma en Canarias, todo está realmente
pensado para el turismo extranjero. Desde el precio hasta el idioma. De
primeras, todos los empleados del hotel te hablaban ¡en inglés! Y cuando
contestabas en castellano, se daban cuenta y pedían disculpas. Y no sólo los
del hotel, también los camareros, dependientes, etc. Debe ser que el turismo
nacional visitamos poco las Islas…
Divina Puesta de Sol |
Compañero de hamaca |
Realmente no hemos hecho mucho más que descansar,
descansar y descansar durante los cuatro días que hemos estado.
Nos tiramos en la hamaca leyendo y disfrutando
del solecito. Sin reloj. Sin prisas. Sin tener que coger el coche. Sin tener
que preocuparnos porque los niños coman o se porten bien. Sin tener que hablar
sino te apetecía. Sin bullicio.
De las cosas reseñables que hemos hecho, la
primera sin lugar a dudas, la puesta de sol tan preciosa que disfrutamos desde
un bar en el pueblo de Alcalá. Con un airecito agradable y viendo bajar el sol
hasta que se escondió detrás de La Gomera y ya no pudimos disfrutarlo más.
El Teide |
Y la segunda, nos dimos el gustazo de
disfrutar de una sesión de Spa en el hotel. Una sesión de dos horas que además
de relajarnos, consiguió también que nos riéramos de lo lindo el uno del otro
(esos gorros de lycra piscineros merecen un post aparte).
Y como única visita turística, subimos al
Teide pero sólo a la base. No cogimos el teleférico porque nos informaron muy
amablemente que arriba hacía -4 grados y que no se podía andar ni un poquito
porque estaba todo helado. Además ni siquiera estábamos preparados para el
frío. Íbamos más vestidos de entretiempo que de invierno puro y duro que era el
tiempo que hacía en ese momento.
Así que, ¡para bajo de nuevo a disfrutar de
nuestra hamaquita! En el camino de vuelta me sorprendieron los nombres de las
diferentes localidades que recorríamos: Los Abrigos, Las Galletas, Los Menores,
Las Américas, Los Cristianos… ¡Qué originales! ¿no?
En definitiva, no hemos hecho más que
descansar y disfrutar el uno del otro. ¡Qué falta hace de vez en cuando
dedicarnos tiempo en la vorágine de vida que llevamos!
Y vosotr@s, ¿os animáis a una Luna de
Mermelada?
¡Qué pena que hayas venido a Tenerife de luna de mermelada! En esas condiciones ni que decir tiene que no toca conocer a los tinerfeños. Pero la próxima vez avisa y nos vemos. Aunque vivimos en el norte, cerca de La Laguna, tenemos una casa al lado de Alcalá en la Playa de la Arena. Estos días hemos estado paseando a la orilla del mar por debajo de tu hotel (ahí está uno de nuestros restaurantes preferidos, el "Saúco") y también nos hemos extasiado con la puesta de sol. Hemos visto los almendros en flor por Santiago del Teide y hemos disfrutado de la nieve. Y ninguno hablamos inglés. Tanto a Ana, mi hija, como a mí nos encantaría conocerte.
ResponderEliminarHa sido un gustazo. ¡Qué envidia de tiempo! Estamos hartos del frío en Madrid y aunque tampoco hemos pasado mucho calor, es un clima muy agradable. ¡Vivís en una tierra preciosa! Mi marido dice que la culpa es de mi aspecto porque puedo pasar por inglesa (yo no lo creo) pero eso es lo de menos. La próxima vez os aviso porque yo también estaría encantada en conoceros. Sería un gran placer. Muchos besos.
Eliminar¡Qué alegría que hayas venido a Tenerife! Y sí que no es tan habitual que el turismo peninsular recale en el sur de la isla, quizá por esa razón lo de los idiomas... Me alegra que hayas podido desconectar ;)
ResponderEliminar¡Ha sido todo un placer! ¿No me digas que vives por allí? Pues toda una suerte ese tiempito tan rico y esas playitas para pasear y desconetar. Besos.
EliminarQue suerte, un viajecito al buen tiempo en pleno invierno..
ResponderEliminarYo ahora no quiero ya lunas de mermelada, pase esa etapa, ahora estoy con el síndrome del nido vacío...mi hijo está estudiando en otra ciudad bastante lejos y lo que estoy deseando es que venga para estar con él..., pero para viajecitos si que estoy que conste.. ;)
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Besos
Raquel
Ya me imagino. Esa etapa tiene que ser pelín dura hasta que te acostumbras otra vez a la soledad, no? Hay que intentar buscar siempre el lado positivo de las cosas y siempre hay alguno, ¿verdad? Besos.
EliminarQué bueno!!!! Me alegro mucho de que hayas disfrutado de unos días sin infancia. A los hijos se les quiere mucho pero también hace falta recordar que tenemos vida ociosa!!!!.
ResponderEliminarMil besos
¡Y vida propia! Además es buenísimo echarles de menos un ratito y ellos que te echen de menos a tí también. Besis.
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