
Se titula, “No es tan fácil”, y trabaja
junto a Alec Baldwin y Steve Martin.
Trata sobre un ex matrimonio cincuentón que,
después de llevar diez años divorciados, tienen una aventura durante la
graduación universitaria de su hijo pequeño.
No es que vaya yo a adentrarme ahora en el mundo
de los cincuentones y eso, que ando aguantando la crisis de mi marido que cumple
los cincuenta a finales de mes. No. Bastante tengo, por ahora, con sobrevolar
los cuarenta.
Y tampoco pretendo hablar sobre el tema
“divorcios y divorciados”. Tema harto delicado que siempre termina perjudicando
a los más vulnerables, los niños.
Pero, la peli me hizo pensar sobre dos temas
(más) muy distintos que nos separan del género masculino:
El primero, que mi marido no vería dos veces
la misma película por mucho que le hubiera gustado y yo puedo verla, no dos,
¡chorrocientas si me gusta! Incluso cuando no es un peliculón como el de ayer.
Aunque sea una comedia tonta que me ha hecho pasar un buen rato, puedo verla
repetidamente sin casarme. Y además,
disfrutarla.
Para él, eso es algo impensable y además, una
perdida de tiempo.
Y segundo, la falta de independencia de los
hombres. Es difícil encontrar a un hombre que sepa y al que le guste, estar sólo.
De hecho, teniendo en cuenta que tengo
padre, dos hermanos, once tíos y un marido, todos lógicamente en edad adulta
física al menos (la mental pues ¡de aquella manera!) Y por tanto, se podría
decir que cuento con una muestra considerable, he de confesar que sólo dos tíos y
porque no les quedó más tu tía, saben o sabrían estar solos.
Y no digo yo que la soledad impuesta me
guste pero, esa soledad en la que tienes tiempo para ti, en la que sólo piensas
en ti, y haces lo que realmente te apetece sin intentar agradar a nadie más que
a ti misma, a mí ¡me da una envidia!¡Un gustirrinín! Y, en cambio mi marido, se lleva a un churumbel hasta para ¡comprar el
pan!
Y me da la sensación que, a medida que vamos
cumpliendo años y nos vamos adentrando en la época madura de nuestras vidas, en
vez de acercar posturas y formas de ver la vida, nos vamos alejando más. En el
sentido figurativo me refiero.
Ellos se vuelven cada vez más dependientes: de sus esposas, o de sus hijos, o de sus nietos o ¡de quién se tercie! Pero
solos, ¡ni en pintura!
Y vosotr@s, ¿qué opináis? ¿es real esta falta de independencia masculina o es sólo un tópico?
Pues mi marido debe ser la excepción, porque se puede ver una pelicula que le guste hasta la desesperación mia se entiende, y lo de estar solo, si es que ahora que mi hijo ya no esta, si es que tengo que averiguar si estoy sola en casa o no!!!, se esconde en su leonera y ya no se nada de el hasta que asoma para hacerme saber que sigue vivo...
ResponderEliminarEstá claro que hay para todo...
Besos
Raquel
Pues sí. Esta claro que hay para todos los gustos y que los tópicos, tópicos son. Yo estaría encantada de vivir con tu marido. ¡Repitiendo pelis y cada uno a lo suyo! ¡Qué placer! Besos.
EliminarMi marido y yo somos cincuentones y estamos solos, mi hija se independizo en cuanto acabo la carrera y encontró trabajo. Mi marido es independiente en lo que le gusta pero para otras es dependiente, de todos modos lleva bien su edad y es capaz de hacer muchas cosas el solito, lo cual ya es bastante porque los hombres son con diferencia menos capaces que las mujeres. Un beso.
ResponderEliminarhttp://www.solaanteelespejo.blogspot.com.es/
Sí. ;D Desde luego que son menos capaces que nosotras. Pero nosotras disimulamos para que no se sientan mal. Pobres... :D
EliminarNosotros también somos la excepción. Mi marido puede ver la misma peli, y si es en blanco y negro mejor, tropecientas veces y a mí no me gusta, aunque al final paso por el aro y le acompaño. Y es que en eso coincidimos es mejor hacer todo acompañados. Un beso
ResponderEliminarA mi las de blanco y negro como que no me gustan tanto. Las hay muy buenas pero es verdad que me gustan las pelis más actuales. Sí es verdad que da gusto tener compañía y poder hacer cosas acompañados pero, también es bueno saber estar sólo. ¡Qué no pasa nada! Besotes.
Eliminar