¡Un horror! ¡No
puedo más! ¡Estoy harta de discutir por todo! ¡Saturada! ¡Hasta el moño!
Y así, un día y
otro y otro… El día de la marmota…
Mira que cuando
son pequeños estás deseando que crezcan para olvidarte de pañales, papillas,
dientes que duelen, culos escocidos, mocos… Pero, ¡ahora! ¡en la
pre-adolescencia! Sin ni siquiera haber llegado a la adolescencia, la cosa es
¡mucho peor!

Pues sí. Tenían
razón. Es mucho peor. Porque ahora ya no tienes que estar preocupada ni por
culos ni por mocos. Ahora te preocupa el
poder ponerles en su sitio como corresponde para que a los dieciséis y, ya sí,
en plena adolescencia, no nos saquen la catana y acabemos en la consulta del
“hermano mayor de Cuatro”. Y mantenerte tú en tu sitio, el que te corresponde como
madre, teniendo en cuenta, por lo menos en mi caso, que mi autoestima después
de todo un curso discutiendo y peleando por las cosas más nimias, está por
debajo del subsuelo.
Se lo decía el
otro día a la profesora de la niña de doce en su tutoría y se moría de la risa,
“ella no se besa porque no llega y yo no me piso porque no puedo.”
¡Qué lucha! ¡Qué
cuerpo a cuerpo! No me falta más que ponerme el traje de combate con casco
incluido cada vez que voy a recogerles al cole.
Si yo lo
comprendo. La hormona está totalmente revolucionaria y revolucionada. Tus
padres son medio lelos o lelos enteros y tú eres la más lista del mundo mundial
(lo digo así porque se que me lee). Todos hemos pasado por la edad del pavo.
Cada uno en su medida y, según mi madre, mi “medida” fue también de cortarse
las venas. Pero, como todo, hasta que no los sufres en tus chichas, como que no
te imaginas que la cosa pueda ser tan tremenda.
Y encima, dando
gracias que en el cole, son niños modelos de buenas notas, educados con los
profesores y buenos compañeros. ¡Qué sólo me faltaba uno de estos mañacos
maleducados y groseros!
Pero claro, con
alguien tienen que pagar su “frustración hormonal” y con quién mejor que con su
madre. Y aquí presente, el “puchinball” está hasta las “balls”. ¡Y lo que me
queda! Porque ahora llega el veranito, veinticuatro horas con ellos y todo lo
que eso conlleva. Ya me estoy hinchando a InfuRelax y valerianas. Para que, en
vez de sangre, me corra paciencia por las venas y armonía familiar. Porque si
no, yo a septiembre no llego normal. Llego en camilla o, peor aún, a lo
folclórico. ¡Con peineta y todo!
El padre dice que
tengo que aprender, primero a no gritarles porque ya hemos comprobado que esa
táctica no funciona. Por un oído les entra y por otro les sale y en el mientras
tanto, yo ya tengo la garganta destrozada y los pelos de punta. Y segundo, a
relativizar. Que la niña tiene ganas de discutir, pues ni caso. Que me ha
faltado el respeto, sin móvil. Que el otro no obedece, le castigo. Pero sin
sulfuramientos. Sin discusiones. Y sin gritos.
¿Seré capaz?
¿Hará efecto la valeriana? ¿Terminaré con la bata “guatiné”, los rulos y el
Lexatín de tanto que baje mi autoestima? ¿Me volveré budista? ¿Alguien
escuchará mis plegarias y el pavo se irá pronto?
Si te sirve de consuelo, así estamos unas cuantas. Igual el truco está en ser más listos que ellos y no entrar en las provocaciones. Porque es una provocación constante, yo voy a seguir el truco de ignorar las provocaciones. Ya te contaré. Un beso
ResponderEliminarEn esas estoy yo también. Ya le avisó, "No discuto. Es así y punto". Veremos lo que duramos. Besote.
Eliminar¡Cómo te entiendo!!!!. Siempre he dicho que no soportaría cuando llegara esta edad y ahora que va llegando lo mantengo.
ResponderEliminarbesos
¡Átate los machos! Y vete ya empezando a darle a la valeriana que te digo yo que sino, no lo soportas. Besos
EliminarMe río por no llorar.jajajaja Si hubiese escrito yo el post no hubiese cambiado no una sola coma.
ResponderEliminarLola,yo también soy mamá de tres y la mayor, de 11 añitos recién cumplidos me quema la sangre, un día si, un día no y el de en medio también. Si esto va a más yo me muero. Yo le digo, hija lo siento, pero" te hicieron el mundo al revés". No hay nada que le encaje, ni la ropa, ni el desayuno, ni el almuerzo, ....... Yo sólo pido que esto no vaya a más y algún día deje de protestar. Con lo bonitos y graciosos que son de pequeñitos. En fin como se suele decir "mal de muchos, consuelos de tontos". Besos
Pues te aviso que nos quedan unos añitos por delante ¡de traca! Según me cuentan el resto de mamis más experimentadas y con hijas más mayores que las nuestras. O sea, que vete afilando la cuchilla para cortarnos las venas o bien no las dejamos largas y nos hacemos moñetes con ellas... ¡Paciencia dijo el loro y se estaba quemando! Muchos besos.
Eliminar