Independientemente
de si eres monárquico o republicano, el día de ayer era un día histórico que
estudiarán nuestros churumbeles en el cole. Generación tras generación.
Y, mi vena
periodística, me reclamaba en el centro de la noticia. Sí o sí.
Que duda cabe que
me hubiera gustado ser y estar acreditada como tal para poder asistir, tanto a
la proclamación en el Palacio de Congresos como en la recepción posterior en el
Palacio Real. Pero como claramente no ha podido ser, pues me conformo con
contarlo en mi blog, en mi periódico particular, y a pie de calle. Como una
ciudadana más que, a fin de cuentas, es lo que soy.
Así que, desperté
a la prole y al marido tempranito y refunfuñando los cuatro, me los llevé a la
Plaza de Cibeles para ver pasar a la comitiva.
Llegamos allí a
las once de la mañana esperando verles pasar a las once y medía pero, se
retrasaron media hora más y, bajo un sol de justicia, esperamos hasta las doce.
A mi no se si me
impresionó tanto la comitiva real como los gritos, los vítores y la exaltación
de las personas que me rodeaban. Sinceramente, no me lo esperaba y de hecho,
hubo incluso un momento que me asusté pensando que estábamos allí con los niños
y a ver si iba a aparecer un loco fanático… que nunca se sabe.
Llegaron incluso
a tararear el himno. Impresionante.
Yo no soy muy
efusiva ni para lo uno ni para lo otro con lo cual, ciertamente, me impactó ese
fervor monárquico tanto como me impacta la bronca que luego, sobre las ocho de la tarde,
se montó en Sol con los republicanos.
Hice muchas fotos
que seguro os gustará ver aunque ya estamos todos un poco saturados de fotos,
vídeos, programas interminables, comentarios a tutiplén, opiniones para todos
los gustos, los que aplauden, los que no, lo que llevan pajarita, los que no
llevan corbata, el que lleva los vinos para promocionarlos, la que saca una
foto a destiempo…
Ahora que, sin
duda, y sabiendo lo que son dos niñas de ocho y siete años, toda mi admiración
para esas criaturas que aguantaron estoicamente y con una educación intachable. Y a su madre, ahora Reina de España, por actuar como actuaríamos cualquiera:
como una madre pendiente de sus hijas independientemente de tu situación y
condición.
Dicho queda.
Ahora, ¡las fotos!
tienes razón fue un día historico, si eres monárquico para celebrarlo y si no para recordarlo y que no vuelva a ocurrir que os impongan a un señor por ser hijo de papa.
ResponderEliminarBesos
Raquel
Sí. Con eso nos quedaremos. Con el hecho histórico. Besotes.
EliminarSabes a mi también una de las cosas que mas me impresionaron de todo este tinglao es que dos chiquillas tan pequeñas estuvieran quietas como clavos durante horas o para arriba y abajo sin salir corriendo o sin romper la fil. Me gustaría hablar con sus educadores para saber la técnica por que yo no he conseguido que los míos estén quietos más de 10 minutos sin quejarse.
ResponderEliminarBesos
¡Y sin pelearse! Incluso la una obedece a la otra sin ponerle mala cara y sin rechistar. Tremendo. Un diez para sus educadores sin dudarlo. Besotes.
EliminarBueno, de las peleas ni hablo...jajajaj
EliminarFotones!!! Yo me rajé en el último momento... sin duda un momento histórico que no se repetirá mientras andemos por estos mundos... Seguro que los peques lo recordarán siempre!! Muchos besos y gracias por compartirlo.
ResponderEliminarhttp://universovarietes.blogspot.com.es/2014/06/litronas-y-platos-para-un-pueblo-nuevo.html
Estaba tan bonito Madrid que era imposible sacar fotos feas. ¡Mal hecho! No te tenías que haber rajado. Ciertamente daba pereza pero había que ir. Como bien dices, me imagino que no volveremos a vivir nada parecido. Besotes gordos.
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