He pasado un fin de semana
horrible con los niños. Para que negarlo. ¡Y encima sola que mi marido está de
viaje! La niña sigue con su pavo y los niños no paran de dar por saco
peleándose entre ellos o haciendo rabiar a la hermana. Y yo, que debe ser que
tampoco andaba muy lúcida ni paciente, he ayudado poco para conseguir imponer
calma, educación y respeto.
Lo que está claro es que,
muchas veces no son sólo los niños, también hay que tener en cuenta en la
ecuación que tú, como madre, puedes no estar en tu mejor momento. Y eso te
impide llevar las aguas al cauce correcto. Vamos, ¡que yo también he colaborado
en convertir el fin de semana en un infierno!
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Es, en estos casos, cuando echo en falta un manual. Una guía. Un sitio donde mirar y buscar la solución.
Porque esta claro que mi castigo principal que es, quitarles el móvil, funciona
pero no tanto. Hablar con ellos funciona los quince primeros minutos, luego se
les olvida. Gritar, sólo sirve para destrozarte la garganta. Zurrarles, sólo
sirve para romperte tú el alma y sentirte la peor madre del mundo. Utilizar la
sicología, antes debo utilizar conmigo. ¡Qué hacer!
Y, anoche, mientras hacía un
análisis de la situación antes de dormirme y un reprobación personal para no
volver a seguirles el juego, pensé: “¡ya lo tengo! Que alguien invente el
Tom-Tom Educativo!”
¿No me digáis que no es buena
idea?
Imaginaros, una aplicación que
instalas en el móvil y ante la risita del niño mientras le estás regañando,
consultas tu Smartphone y el Tom-Tom Educativo te dice con una escalofriante
voz de Señorita Rotermeyer que previamente habrás elegido para cagar al
personal desafiante: “Coja al niño por la oreja y llévelo a su cuarto donde
estará toda la tarde encerrado mientras el resto de la familia os lo pasáis
teta corneta”
Y tú, madre perdida y
desesperada donde las haya, cogerás al niño por la oreja sin dudarlo (porque te
lo ha dicho una aplicación y de las aplicaciones no dudamos), y lo harás
rápidamente y sin remordimiento.
Que la niña se levanta con
veinte minutos para desayunar, lavarse, vestirse, hacerse la cama y recoger la
habitación y, lógicamente, al final salís tarde y llegáis tarde por su culpa. ¡Después
de estar pidiéndole que se levantara durante cuarenta minutos! ¡No problem! Vas
a la aplicación que te dirá: “Además de quitarle el móvil, no le compre el
vestido que espera para su fiesta de Navidad” Y, ¡hala! Tu obedecerás
tranquilamente porque te lo ha dicho el
Tom-Tom Educativo y hay que hacer lo que nos diga el Tom-Tom Educativo. Que el
ser humano de ahora hace caso a las máquinas y no ha su sentido común desbordado
ante tantos problemas.
Que el otro se pone chulito y
contestón, Smartphone en la mano (en ese momento seguro ya empezarán a
temblarle las piernas) y Tom-Tom Educativo: “Quítele la tontería quitándole el
canal Gol Televisión” Y ¡tachán! Problema resuelto y dinero que te ahorras.
Y así, problema tras problema.
Solución tras solución.
Vosotras sonreír. Ya veréis
como dentro de un tiempo, todas utilizaremos algo parecido. ¿U os imaginabais
siguiendo las directrices de una voz mandona para llegar a casa de la tía
Margarita? ¿O haciendo ejercicio mientras seguís las órdenes, no ya de un
entrenador personal, si no de una aplicación maquiavélica y sin sentimientos
que te destroza las abdominales? ¿O que vuestros pequeños monstruitos
aprenderían matemáticas a través de una de estas aplicaciones infernales hasta
convertirles en pitagorines desalmados con solo cinco años?
(Léase con voz de premonición negativa y escalofriante) ¡El futuro está llegando! ¡Madres del mundo! ¡Preparaos!
Uuuuuuuuuuuuuu.
Si pero el Tom Tom muy a menudo se pone tonto y te lleva a donde no quieres o te deja encajonado en medio de un sitio sin poder ir ni para adelante ni para atras jajaja, puede que en el fondo sea lo mejor fiarte de tu instinto y quien sabe si esos fines de semana infernales igual tienen su finalidad educativa..., esto ultimo lo digo mas que nada para animarte y que no deseperes mientra inventan el cacharro ;)..
ResponderEliminarBesos
Raquel
Es que el Tom-Tom ciertamente es tonto-tonto. A nosotros también nos ha pasado.,D El sentido común es el menos común de los sentidos y yo, desde luego, este fin de semana lo tenía perdidito. Para el próximo, mejoro. Besos grandes.
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