
Así que, siguiendo este momento
dulce y tranquilo, os cuento la visita que hicimos con los niños el pasado
domingo al Museo Arqueológico Nacional (MAN) reinaugurado unos meses atrás.
Ilusa de mí pensé que, como
era domingo por la mañana y estaba chispeando, íbamos a estar solitos y
¡nada más lejos de la realidad! Resulta que los domingos por la mañana la entrada es gratuíta
y ¡estaba hasta la bandera! Y es que, en Madrid siempre hay gente para todo.
Con todo y con eso, fue una visita tranquila y agradable.
El Museo ha quedado precioso
tras la reinauguración. Ciertamente, no recuerdo cómo estaba antes así que, no
puedo comparar. Pero ahora está muy bonito y desde luego, es una visita
obligada si vienes a Madrid o si eres de aquí y todavía no te has acercado a
verlo.
Porque, no sólo el edificio en
sí es bonito. No sólo la zona donde está situado es inmejorable. ¡En el número trece de la
calle Serrano haciendo esquina con la Plaza de Colón y a la trasera de la
Biblioteca Nacional! Si no que lo que muestra,
esas joyas arqueológicas, son una maravilla.
Por supuesto y dada mi estrecha
relación con Elche, me encantó ver a su dama, la Dama de Elche tan bonita como
siempre.
Ver a la Dama de Baza fue
también precioso. ¡Y qué decir de sus momias! Ver momias siempre es algo
impresionante y para los niños, realmente impactante.
También disfrutaron muchísimo
con toda la zona de la Prehistoria y yo, aluciné con todas las joyas tan
antiquísimas pero que resultan tan actuales ¡qué me las pondría todas ahora mismo!
Por supuesto, también vimos la
réplica de la Cueva de Altamira aunque, para ser sincera, me decepcionó un
poquito. No se por qué pero me había imaginado otra cosa. No se realmente
explicar el qué. A lo mejor, eso, que es una réplica y que me encantaría ver
la original. O esas luces que se apagan y se encienden y no te permiten disfrutar el tiempo que quisieras. O el espejo... No sé.
Lo que no nos dio tiempo a
visitar fue la exposición "El Último Viaje de la Fragata Mercedes" pero, creo que este lunes iré
con el Movimiento Maruja y no pienso perdérmela. Tranquilos, que os la contaré en otro post...
De allí nos fuimos a comer al
HardRock Madrid. Es un sitio que siempre está lleno, donde ponen comida rica
pero no deja de ser, como decirlo, comida americana de hamburguesas gigantes y sandwich imposibles de morder en un sólo bocado. Sin embargo, lo peor de todo, es que ponen la
música a quinientos. Sales de allí con la cabeza como un bombo. Y mira que nos
gusta la música pero ¿es realmente necesario ponerla tan alta?
Nosotros vamos al HardRock
cada mucho. A los niños les gusta y a nosotros la comida americana también nos
va pero, tienes que dejar desintoxicar el oído para poder volver y para eso se
necesitan al menos ¡cuatro o cinco meses! ¡Sin exagerar!
De allí ya volvimos todos contentos a casa para afrontar la tarde de los domingos en los que las duchas, los deberes y las cenas tempranas son el pan nuestro de cada noche de "clase al día siguiente" con su correspondiente madrugón.
Pues ¡esta fue nuestra mañana
de domingo! Espero que os haya gustado y os animéis a hacerla con vuestros
churumbeles. ¡Ya me contaréis!
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