Ya sabéis lo mucho que nos gusta viajar con los niños. Nos
da igual que sea cerca o lejos. Coger el coche, el tren o un avión, ¡nos da lo
mismo! Cogemos las maletas (que hago yo…) y caminito donde nos quieran llevar
que nosotros nos dejamos.
El viaje elegido para este otoño ha sido, Salamanca.
Ciudad universitaria, histórica y bonita donde las haya. ¡A los niños desde luego, les encantó! Tiene
muchas cosas para ver y para un fin de semana es perfecta.
Comenzamos por el principio (como tiene que ser).
Una vez elegida la ciudad, miramos los hoteles. Con este
tema me pongo reivindicativa y protestona. Perdonarme pero es que, es así de
duro, me encabrono. Os cuento por qué y enseguida lo entenderéis, sobre todo,
los que seáis familia numerosa.
Tras intentar conseguir habitaciones en un NH muy céntrico
y no conseguirlo porque estaba hasta la bandera (béndita crisis), nos decidimos
por el Parador Nacional. Total, que me meto en su página web y me veo un
“Especial Cuarentañeros”. E ilusa de mí, ¡me pongo tan contenta!. Pincho en el
link, y me encuentro con el siguiente mensaje: “ Y
RECUERDA... ¡niños menores de 12 años gratis!”
Mi alegría va en aumento. ¡Os podréis imaginar! Tengo una
niña de doce, otro de once y el pequeño de seis así que, ya me veía pagando
sólo nuestra habitación o como mucho y por ser escrupulosos, pagando también la
cama de la niña. ¡Pero ni una cama más! Y, ¡nada más lejos de la realidad!
Cuando llamo y consulto, una simpática señorita a mi
pregunta de “La habitación de los niños será gratis, ¿no?. Son dos menores de
doce años”, me contesta con una voz de “¡pero qué dice esta loca!”, “no, no,
eso no podemos hacerlo. La oferta es UN NIÑO MENOR DE DOCE AÑOS GRATIS EN CAMA
SUPLETORIA. Y además, esa oferta sólo se la podemos aplicar el domingo porque
el sábado ya está completo.” (La oferta estaría completa porque la habitación
fue la misma las dos noches)
¿Sabéis esa emoticono del WhatsApp de la carita redonda
con los ojos muy abiertos? Pues esa era mi cara. ¿Es o no es publicidad
engañosa? Si en la promoción sólo entra un niño menor de doce años en cama supletoria, ¿por qué
ponen “niños” en plural?
Y luego, voy más allá, ¡qué pasa! ¿qué sólo podemos tener
un hijo? ¿Todo está pensando para familias de hijos únicos?
Total, que en pro del viaje familiar, medio discutí con la
amable señorita y le recomendé que hablara con su departamento de marketing
para que corrigieran semejante cagada pero, me tragué el
orgullo y contraté el “Especial Cuarentañeros”.
Por otro lado, las habitaciones comunicadas sólo pueden
ser de un nivel superior. Vamos, que si quieres domir con tu marido y no, cada
adulto con un grupo de niños, también pagas más… ¡Todo pensado para las
familias numerosas! ¡Di que sí!
Pero tragué y disfrutamos del Parador que, para ser honesta, está estupendo. Aunque el edificio es moderno, tiene unas vistas
espectaculares.
Siguiendo con el viaje y olvidándonos de estos sinsabores,
la misma tarde que llegamos, contratamos con el Parador una visita guiada a
Salamanca que fue ¡todo un acierto! Los niños (y los mayores) disfrutamos
muchísimos de este recorrido que además, nos sirvió para, al día siguiente, ir
a tiro hecho a todo aquello que más nos interesaba: el Museo Art Nouveau y Art
Deco LIS, la Catedral de Salamanca y su parte nueva con su astronauta, la Casa
de las Conchas, la Universidad con su rana, el Huerto de Calisto y Melibea, la
Plaza Mayor, la Universidad Pontificea, el Convento de San Esteban, el Archivo
Histórico Nacional, la Cueva de Salamanca, y todo Salamanca en general con su
río Tormes y su frío que, a primero de noviembre, no era muy fuerte pero que,
en estas fechas, tiene que ser impresionante.
Fue un viaje maravilloso, con nuestros niños y ahora,
cuando el mediano estudia el Tormes es Sociales, ¡ya sabe por dónde pasa y lo
ha visto con sus propios ojos! Que de eso se trata, de que vayan aprendiendo
cosas por medio de la experimentación.
Qué bonito!!!. hace dos veranos estuvimos una semana allí, recorriendo la ciudad y los alrededores que también son espectaculares. Sin duda una ciudad que hay que ver, por la historia que tiene , por lo cuidada que está y por lo bien que se come.
ResponderEliminarBesos
Sí. Eso nos ha faltado a nosotros, los alerededores. Nos quedamos con ganas de ir a Alba de Tormes pero se nos hacía tarde. En cuanto pase el invierno, haremos una escapadita de un día para conocerlo. Beso grande, Encarni.
EliminarLola, qué buen viaje, te han quedado unas imágenes preciosas, me ha entrado el gusanillo de ir un finde a Salamanca!! Muchos besos y buen finde guapa!!
ResponderEliminarhttp://universovarietes.blogspot.com.es/
Pues, déjalo para más adelante porque ahora tiene que hacer un frío de narices. ¡Pero no dejes de ir! Besotes grandes y buen fin de semana para tí también.
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