Siempre que intento ser más lista que el resto, la cago.
No se cual será la razón pero, cuando más me esfuerzo por hacerlo bien (y
barato), peor (y más caro) me sale.

Me explico. Necesitaba hacerme la manicura y ahora me hago
la semi permanente porque si no, la normal, me dura lo que el agua en una
cesta. Nada. Así que, me dedico a investigar dónde la hacen más barata y allí
voy. Pregunté en tres sitios, dos al lado de mi casa y uno, al lado del colegio
de los niños.
Los de al lado de casa, me cobraban 25 euros en uno y 21
euros en el otro. Y en el del cole, 20 euros. Así que, lógicamente y pensando
en nuestra economía, me fui al de al lado del cole.
El de al lado del cole se llama Tokyo y está regentado por
chinas.
Allí que me fui.
Para mi, la manicura es un placer. Me encanta que me
peinen, me chiflan los masajes, disfruto la manicura y la pedicura e incluso,
¡me relaja que me depilen! Vamos, que en un centro de belleza soy feliz y
además, lo disfruto. Para mi es un momento de relax increíble y me gusta que me
traten con tranquilidad, con relajación y si tiene algo de glamour, ¡mejor que
mejor!
Logícamente y aunque Tokyo está bien decorado y te tratan
correctamente, no es el centro que tiene más glamour del mundo y si encima, te
toca la brusca como a mí, pues la experiencia placentera se convierte en media
hora de tirones y pellizquitos. ¡Una pena!
Para más inri y lo que más rabia me dio y por lo que la
cagué estrepitosamente es que, cobraban 20 euros si te hacías la manicura con
el esmalte chungo. Pero, si elegías el esmalte bueno, eran ¡25 euros! ¡Qué
rabia!
Me hubiese esperado y hubiese ido a la de enfrente de casa
que son una chicas estupendas, que te atienden tranquilamente y sin prisas, y
además hubiera pagado sólo 21 euros. ¡Por lista! ¡En toda la frente!
Lo que sí fue excelente, que también hay que decirlo, fue
el masaje de manos que me dio “la brusca”. Debido a eso, a que era brusca, me
hizo en algunos momentos, pelín de daño pero, totalmente asumible. ¡Me encantan
los masajes de todo tipo! Y he de reconocer que éste, fue bueno, bueno.
Lo mismo cualquier otro día, peco y reservo cita para
masajes porque hay que reconocer que es un arte milenario chino (o asiático) y
como ellos, ¡ninguno! Todavía tengo en la memoria aquel que me dí en Bangkok,
con un pijama de esparto por lo menos y en una mini habitación con tres chicas
más. Fue increíble por múltiples razones pero entre todas, por terminar con la
masajista debajo de mi cuerpo echa una bola sin que supiera cómo había llegado
hasta allí y por descubrirme un músculo de la mano que no sabía que tenía y
mucho menos, sabía lo mucho que dolía si te lo apretaban. ¡Increíble!
El caso es que, conseguí lo que quise: tener las manos
arregladas y hacerlo en un corto espacio de tiempo. Que churumbelandia me
reclamaba.
Por cierto, hoy las criaturitas acaban el cole y aunque
todavía seguiré dandoos la plasta, seguramente será con menos asiduidad. Espero
me perdonéis. Y si por si acaso, alguien ya se esfuma, ¡feliz verano a todos!
Hola. si te sirve de consuelo a mí cuando alguien me propone un plan en plan barato siempre me sale caro porque no era lo que yo creía y termino gastando el doble... por lo menos te gustó el masaje y saliste pronto... disfruta de las vacaciones y seguiremos en contacto
ResponderEliminarMuchas gracias Marta. Disfruta mucho tu también. Besotes.
EliminarJajajaja, parecido a lo tuyo me ha pasado a mi más de una vez y queriendo ahorrar o me la han dado o no era lo que yo quería...un desastre.
ResponderEliminarA mi también me va eso de que me masajeen a ver si llega agosto y aprovecho para que no quede un solo centímetro de mi sin darle el masaje relajante que se merece.
Mil besos
Disfruta de los masajes. ¡Y dátelo hasta en las pestañas a nuestra salud! ;D ¡Qué placer! Besote.
EliminarEso nos pasa a todas, pero lo triste es que nunca escarmiento, y vuelvo picar una y otra vez..., ya casi estoy resignada, se que hay probalidades de que salga fatal pero ainsss.... es tan barato jajaja
ResponderEliminarBesos y a disfrutar de las vacaciones
Raquel
Pues yo intentaré no volver allí para que no me vuelva a pasar. Intento aprender de los errores pero la verdad es que, ¡no siempre lo consigo! Besotes.
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