Buscamos un hotel céntrico. De esos que puedes ir andando
a cualquier lado. Aunque, claro, Nueva York es muy grande pero, con todo y con
eso, es mejor estar en un sitio céntrico y bien comunicado así que, tal cual,
cogimos el Novotel Times Square. ¡Ahí! ¡En todo el medio! Tal cual lo
hubiéramos cogido en la Gran Vía.
Y, además, mi marido lo reservó con vistas a Times Square.
De tal manera que, o cerrabas las cortinas por la noche, o las chorrocientas
mil luces, vídeos, pantallas y demás cosas brillantes, te impedían dormir.
Vista desde la habitación de noche |
Vista desde la habitación de día |
Eso sí. Fue impresionante llegar de noche a la habitación
por primera vez y ver todo ese hormiguero de personas que iban y venían. Todos
esos anuncios. Tantos destellos. Era como estar en el centro del Universo. Los
niños no cerraban la boca e incluso el mediano que es muy sentido, ya
acostados, me daba las gracias y me contaba lo feliz que era por estar allí. No
quiso ni cerrar las cortinas a lo que accedí hasta que se durmió porque yo era
incapaz de cerrar los ojos en una habitación tan deslumbrante.
El Novotel es un hotel funcional, moderno, familiar y que
casi siempre utilizamos cuando viajamos fuera de España. Aunque no he
conseguido que me pongan en habitaciones contiguas todavía… los muy cabrones…
En París nos separaba todo un pasillo que recorrí varias veces en camisón y
descalza. Esta vez, como ya os conté, nos dejaron separados por una habitación.
Vamos, que nos quedamos a las puertas de conseguirlo. Lo que todavía da más
rabia. No se dónde será el viaje del año que viene pero, espero conseguirlo.
¡Dos habitaciones contiguas! Eso es cómo pedir que te sirva el Nespresso todo
los días George Cloony. O que te haga la habitación Kim Kardasian y estiré bien
las sábanas ayudada por su pedazo de culo. O que el recepcionista sea el
buenorro de Thor (que nunca recuerdo como se llama) y te reciba todos los días
con esa sonrisa de oreja a oreja y ese cuerpo musculoso… Umm.
Pero no me emocionaré. Seguro que seguiremos en las
mismas. Y de verdad creedme que puedo soportar una semana sin dormir con mi
marido pero, es que el coñazo de las maletas es increíble. Tener que repartir
pijamas, neceseres, la ropa del día siguiente, la ropa sucia de cada día,
“mamá, ¿dónde está mi camiseta?”, “está en tu habitación”, “no, en la tuya”…
Vamos, ¡un tremendo coñazo!
Pero olvidando este tema, el hotel está estupendo y bien
localizado. El desayuno es bueno y además, ahora, los niños tienen en la
recepción varias X-box y PS4 para jugar con otros niños. Y no sólo eso, tiene
una estupenda terraza en la que relajarte después de todo el día del tingo al
tango y donde tomar una copa iluminado por esa luces tan emblemáticas.
Ahora que, os estaréis preguntando el por qué del título.
¿Por qué lo de la nevera? Porque los americanos son muy exagerados para todo.
Incluido para el aire acondicionado. Y no es que se estuviera fresco o
agradable, no, es que si hubiera tenido un plumas me lo hubiera bajado al
desayuno. ¡Dios mío! ¡Qué frío! Hasta los pingüinos hubieran sentido frío en
esa recepción.
Pero no era sólo en el hotel. Restaurante al que acudías,
congelación asegurada. Que se abría una puerta de un establecimiento mientras
andabas por la calle, chorro de aire congelado que te comías entero. En
cualquier lugar que no fuera la calle, te quedabas pajarito. No me extraña que
no cumplan el protocolo de Kioto. Ni ese ni ninguno otro con un poco de sentido
común.
Con todo y con eso, si estáis pensando viajar a Nueva York
próximamente y no sabéis dónde alojaros, el Novotel Times Square es una buena
opción.
P.d.: en el siguiente capítulo, espero conseguir callarme y enseñaros más fotos. ¡Lo prometo!
Madre mía con lo friolera que soy yo ! Ya me lo han advertido varias amigas que con el tema del A/A se les va la pinza, yo lo sufrí en mis carnes en un crucero por el Mediterráneo con una compañía americana, que le da mil vueltas a todas en calidad, servicios etc. pero que se pasó siete pueblos con el aire, todo el día dentro del barco a 19 grados, imagínate que abríamos la puerta del balcón para que entrara la brisa caliente del mar y dormíamos con nórdico...
ResponderEliminarBueno, que me enrollo, tomo nota del hotel !
A mi no me gusta nada de nada el aire acondicionado. Lo soporto a una temperatura elevada. Entre 22 y 24 grados. Menos paso frío. Es desagradable. Yo creo que estos americanos tienen el termostato corporal estropeado. Beso Inma.
EliminarYo también me he quedado con la boca abierta!!!,. Impresionantes vistas.
ResponderEliminarUno de mis viajes futuros.
Besos
La verdad que para una primera visita a Nueva York y encontrarte esa vista desde la habitación del hotel, ¡es increíble! Y si eres niño, ¡ni te cuento! Besote enorme Encarni.
EliminarUnas vistas para quedarse boquiabierta.
ResponderEliminarAinsss estos americanos...ellos siempre lo más.., hasta lo mas frio jajaja.
Besos
¡Sí! ¡Es verdad! Ellos todo a lo grande y si hay que pasar frío, pues se pasa ¡y se congelan! ;D ¡Cómo son! Besotes Raquel.
EliminarHola: siempre que viajamos en familia solemos hospedarnos en Novotel precisamente por la sala de juegos que tienen para niños, por los regalos que les dan de bienvenida y porque siempre hay más familias... Sólo en Madrid, en el que está en la zona de San Chinarro, conseguimos habitaciones comunicadas... en el resto de los viajes siempre nos separaban y es una intranquilidad y un agotamiento... Me encantó la ubicación que tiene ese Hotel en Nueva York. Estoy tomando nota de tu experiencia porque en algún momento también iremos. Lo del aire acondicionado elevado también lo llevo fatal. Llevaré mucha ropa de abrigo... seguimos en contacto
ResponderEliminar¡Qué suerte tuviste! Yo sólo conseguí habitaciones comunicadas en Valencia y creo que fue un NH. Eso, o dormimos todos juntos en una misma habitación cosa complicada porque somos cinco y no se por qué razón, se da por hecho que las familias sólo son de tres o cuatro componentes... Pero prefiero dormir los cinco juntos que en habitaciones no comunicadas. ¡Es un rollo! Beso Marta.
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